Curiosidades

¿Qué es un verano sin bikini?

¿Qué es un verano sin bikini? Y no me refiero al también típico bocadillo de pan de molde relleno de queso y jamón de York, pasado por la plancha y servido en dos triángulos, cuyo nombre hace honor a una sala de baile barcelonesa y al que, fuera de Cataluña, la gente lo tilda de «mixto». No, nada de eso; yo aludo al traje de baño de dos piezas que hoy en día es el más visto en las playas.

Como oda a la canícula, recorramos la historia de este atuendo que, a finales los años 40, inició toda una revolución…

Los entendidos dicen hallar nuestra primera referencia histórica en  la Grecia Clásica, aunque las féminas acostumbraban a usar el conjunto formado por dos prendas y que dejaba nudos los hombros, el vientre y las piernas a la hora de llevar a cabo actividades deportivas y no de darse un chapuzón. Como claro ejemplo de lo mencionado, en un muro de mosaicos ubicado en la villa romana del Casale, Sicilia, datado del siglo IV a.C., se conserva el más célebre de entre todos los ahí reunidos, el nombrado El mosaico de los bikinis.

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Una vez irrumpió el cristianismo y su moral, este atavío fue eliminado y sustituido por modelos que cubrían, casi en su totalidad, el cuerpo de la mujer. La cosa no es que se modificara mucho a lo largo del tiempo, salvo por los trajes de baño, que en el ocaso del siglo XIX sí pasaron a componerse de dos partes; sin embargo, la superior tapaba hasta las muñecas y la otra, hasta los tobillos así que lo de la movilidad no era la premisa número uno del diseño. De cara al siglo XX, las féminas empleaban un modelo de una sola pieza semejante a un minivestido, pero de corte ancho para disimular las formas y que, para más inri, estaba elaborado con lino o algodón por lo que, al mojarse, pesaba como un condenado. Tanto por el corte como por el material, la nadadora Annette Kellerman (Million Dollar Mermaid) ingenió un prototipo de una única pieza exento de mangas y molestas perneras, ajustado al cuerpo; no obstante, al enfundárselo fue detenida y acusada de escándalo público.

De cara a los años 30 y 40 se usó el nailon o el látex, lo que ofrecía mayor confort, y se instauraron pequeños cambios de diseño, como descubrir los hombros o la tripa, mas jamás debía apreciarse el ombligo. El código Hays, que Hollywood seguía a rajatabla, era el que estipulaba qué y qué no podía verse en las películas. Jacques Heim, respetando el código, creó un modelo de dos piezas y lo nominó como «átomo» pues, hasta el momento, era el traje de baño más pequeño del mundo.

Y finalmente en 1946, Louis Rénard ideó el bikini tal y como lo conocemos hoy en día (grosso modo, vamos), de dos piezas y enseñando el ombligo, aunque el origen del nombre tiene su miga y en general, se divide en dos posibles versiones, cuyo foco central era la entonces inminente Guerra Fría:

1) A causa de una serie de pruebas de bombas nucleares de hidrógeno en Bikini, un atolón de las Islas Marshall, en el océano Pacífico, algunos atribuyen que Rénard bautizó así al conjunto pues a la población le resultaría explosivo.

2) Las detonaciones mataron la vida de la vegetación submarina apuntando a que Rénard hizo la alegoría a la desnudez del atolón tras las bombas.

El 5 de julio de 1946 y tras mucho buscar a una mujer que se atreviese a vestir el bikini, Louis Rénard lo presentó sobre Michelle Bernardini, si bien la pieza no tuvo un éxito abrumador; necesitó su proceso para popularizarse, teniendo en cuenta, además, que la Iglesia Católica calificó la indumentaria de pecaminosa; pero esta se convirtió, de los años 50 en adelante, en un must veraniego, gracias sobre todo a aquellas celebridades que se atrevieron a lucirlo, como Brigitte Bardot, Elisabeth Taylor, Marilyn Monroe o Rita Hayworth, que lo convirtieron en un símbolo de la revolución sexual femenina.

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