Sexo

Una MILF en apuros: El grano en la teta

A mi amiga Samantha le ha salido un grano en la teta. Justo ahora que viene su santo y quiere follar. Y claro, cómo vas a follar con un grano de adolescente pustuloso en la teta, que te sale cuando ya casi estás en los 45 años… tiene cojones la cosa.

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El caso es que se lo comentó a su abuela, «mira, abuela, lo que me ha salido en la teta» y claro, las abuelas son sabias y la de Samantha le dijo que rehogase un poco de cebolla, vamos, que la calentase un poco en la sartén. Ahí, mi amiga se quedó loca porque no sabía si le estaba dando una receta de pollo al pilpil o una recomendación sanitaria, de fitoterapia que dirían algunas. Pero la abuela no estaba chocha, se refería a esto último: «Tú ponte esa cebolla calentita, tampoco sin quemar, donde tienes el grano y te lo tapas con una gasa y te lo dejas toda la noche».

Oye, remedio de santo me contaba Samantha el otro jueves por la tarde mientras esperábamos a los churumbeles a la salida del cole. «Por la mañana me salió todo, ahí venga a salir», me contaba, y yo le decía que, por favor, que aunque he visitado la India y estoy bastante curada de espantos, tampoco había necesidad de ser tan gráfica. El caso es que ella ya no tiene el grano en la teta, solo un puntito que le ha quedado, una especie de apertura al infierno, de vórtice mortal que seguro que se acabará cerrando… o no, y volverá a llenarse de cosas que no sabemos lo que son ni por qué salen. Como estábamos hablando de bultos, le dije que a mí me había salido uno detrás de la oreja y que me dolía cantidad. Vinieron todas a tocar, ahí con los dedazos, como si fueran médicos. «Uy, pues sí que está duro», sentenció Laura, que es auxiliar de enfermería y que para emitir semejante valoración podría haber sido también pocera, porque total, para lo que aportó al diagnóstico…

El caso es que Samantha también empezó a quejarse del hombro, que lo tiene fatal y yo añadí mis juanetes y entonces Laura nos contó su operación de juanetes, que si pensáis que es una cosa que pasa solo a las MILFs, pasada una edad, os equivocáis, porque a Laura la operaron siendo muy jovencita. Oye, de verdad, parecíamos una excursión del Imserso en vez de unas tías buenorras que han ido a buscar a sus hijos al cole porque los padres, si es que los hay, están a otras cosas, como bien sabemos todas.

Ahí venga a hablar de nuestros achaques y es que, llegadas a una edad, ya hablas más con las amigas de estas cosas que de follar. Sí, esto es lo que os va a pasar, queridas lectoras, en cuanto os echéis diez años más encima. Hablamos más de achaques y de las ofertas del Lidl que del fornicio. Y no me extraña, porque vaya ofertacas que tiene el Lidl, sobre todo si te toca la semana de la matanza de Texas y puedes comentar las radiales y las hachas, que quién tendrá eso en su casa en la ciudad, madre mía. Yo voy a casa de un tío y le veo una radial y salgo por patas. Bueno, también salgo por patas si veo una colección de dedales enmarcados, que si creéis que me lo estoy inventado es que no habéis follado variado, que diría mi amiga Pris, porque hay gente que colecciona dedales Y LOS ENMARCA y los pone en su pasillo.

Hay gente pa to.

Pero volviendo a nuestras conversaciones en el patio del colegio, las dolencias y el folleto quincenal del Lidl se dejan de lado en cuanto aparece algún padre molón que, vamos a ser sinceras, hay pocos, escasean como el aceite de girasol, la verdad. A Samantha le gusta uno que trabaja en el cole y a ver, no está mal, un swing tiene. Yo, por una vez, me pondría debajo, en la clásica postura del misionero, porque tiene calvorota superior y a mí eso me distrae y no me parece sexy. Y no está una para distracciones a la hora de follar.

A mí me gusta uno que tiene rastas, pero piso tan poco el cole que apenas le veo: al menos este se sale de los peinados más convencionales y a mí ese toque guarrete que se asocia a las rastas siempre me ha gustado. Aunque el que también se sale de los pelos más comunes es uno que llamamos Dora la Exploradora y Príncipe de Bekelar, así escrito: imaginaos el corte que tiene, parece la sota de Bastos el pobre. Y lo peor es que se cree guapo…

Con el que sí que hay unanimidad es con un padre de nuestra clase que cualquiera de nosotras se follaría. El tipo no está nada mal, tiene sonrisa así de cabroncete, pero es muy altivo, dice Laura. Vamos, que de lejos parece gilipollas y de cerca lo es, añado yo.  Pero a ver, para un polvo o dos, si el primero es bueno, me vale, que tampoco estamos para ir midiendo el cociente intelectual.