Una de las expresiones españolas que más me sorprende es «Me parto la polla». Los hombres la usan cuando algo les ha hecho mucha gracia, pero lo cierto es que maldita la ídem que tiene si en realidad les ocurre, porque la fractura del pene o traumatismo peneano, duele una barbaridad. Es una lesión urológica que provoca la rotura de la túnica albugínea que envuelve los cuerpos cavernosos del pene y puede ocurrir durante la excitación sexual, ya que esta aumenta el riego sanguíneo y el pene se vuelve rígido.
Un estudio, publicado en la revista Advances in Urology, realizado por un grupo de investigadores que analizó durante trece años los casos de traumatismo peneano que se trataron en el área de urgencias de tres hospitales ubicados en Campinas (Brasil), revela que la postura sexual que más fracturas causó fue, porca miseria, mi favorita: la vaquera.
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En la postura del andrómaco, «vaquera» o «vaquerita», el hombre se tumba boca arriba con las piernas estiradas, la mujer se sienta encima de él a horcajadas, en cuclillas o arrodillada, con el tronco estirado, y controla los movimientos de penetración, ya sea de adelante a atrás, ya sea saltando con alegría sobre él como la vaquera que quiere domar a un potro salvaje en un rodeo. En este último caso, especialmente si es de espaldas al hombre, si no controla los movimientos y cae con todo su peso, corre el riesgo de que el pene choque contra su coxis y se fracture. ¿Resultado? Un dolor equiparable a una patada en los huevos con unas botas de punta de acero, visita a urgencias, tratamiento quirúrgico, post-operatorio y semanas de recuperación en casa, dopado con antibióticos y calmantes, sonda, y un vendaje en la polla como el de La Momia.
Ya me parece oír a nuestros lectores hipocondriacos y aprensivos gritando a su amante: «¡A mí no vuelves a montarme, como hay Dios!» Pues lamento deciros que la segunda postura sexual más peligrosa según este estudio es la favorita de los hombres: la del «perrito»; ya sabéis, la mujer a cuatro y el hombre detrás follándosela como si no hubiera mañana.
«Pues a partir de ahora, a follar con la postura del misionero». Ayyyyy, va a ser que no. Es la tercera en la lista, y mira que tiene fama de aburrida…
«De acuerdo, ¡pues a Dios pongo por testigo que nunca volveré a follar!». ¡Error! El estudio reveló que muchas roturas de polla se produjeron con una masturbación vigorosa, así que suelta el nabo, que no eres Escarlata.
¿Entonces? ¿Voto de castidad? No, simplemente ser conscientes de que la fractura de pene durante el polvo o la masturbación puede ocurrir por dos motivos combinados: ángulo de penetración y fuerza en la misma, a los que se suman en el primer caso el movimiento amplio de penetración y la sincronización de los amantes. Así que, si no deseas partirte la polla, ni te la peles como un mono enloquecido ni folles con rudeza y a la velocidad de la luz, que no la tienes de acero como Superman.