La historia de la película 9 Songs (también conocida en España como 9 canciones o en Hispanoamérica como 9 orgasmos) es fascinante. Tan fascinante como arriesgada. Seguramente, mucha gente la habrá visto en las grandes pantallas, pero lo que es casi seguro es que muchos espectadores no saben lo que hubo detrás del rodaje.
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Película erótica: 9 songs
La historia detrás de la historia
El afamado director británico Michael Winterbottom, a quien es muy difícil encasillar en un género cinematográfico determinado, rodó esta película, que salió en 2004, con cámara en mano y sin guion. Fue en todo momento una propuesta muy peligrosa para sus actores Kieran O’Brien (en el papel de Matt) y Margo Stilley (en el papel de Lisa) ya que Winterbottom les avisó de que tendrían relaciones sexuales reales, sin dobles para sustituirles, y que tendrían que improvisar los diálogos. Así que, antes del rodaje principal, O’Brien y Stilley propiciaron sus encuentros para saber si iban a seguir o no con la película. Cuando se estrenó 9 Songs, muchos tabloides se refirieron a la película como: La película comercial con más sexo explícito hasta la fecha, sobre todo porque incluye escenas de sexo real entre los dos actores principales.¿Por qué Winterbottom decidió que las escenas de sexo fueran reales y, además, explícitas?
El director estaba leyendo el famoso libro Plataforma, del gran escritor francés y padre del depresionismo, Michel Houellebecq (ganador del prestigioso Premio Goncourt por El mapa y el territorio en 2010), un escritor conocido por la crudeza sexual de sus novelas. El libro de Houellebecq gustó muchísimo a Winterbottom por su dureza y páginas llenas de sexo explícito. No entendía ni admitía que los libros pudieran retratar estas escenas y no así las películas, aunque, según él, el arte cinematográfico estaba mucho más preparado para ello. Así que, se inspiró inicialmente en la novela para hacer esta película. Winterbottom llegó incluso a reunirse con Houellebecq para hablar de la adaptación de su novela a la gran pantalla. Desgraciadamente, el escritor francés tenía sus planes para la versión cinematográfica de su libro. Por lo que Winterbottom hizo su propia película, y el resultado fue 9 Songs.Sinopsis
Matt, que está fascinado por la Antártida, viaja por el continente blanco y recuerda su relación con Lisa. Ella era una estudiante estadounidense que estaba viviendo un año en Londres. Matt la conoció en un concierto de Black Rebel Motorcycle y se enamoró de ella. Su relación amorosa estaría marcada por las canciones de los grupos a cuyos conciertos asistirían y que se intercalan, en la película, entre las relaciones sexuales: Black Rebel Motorcycle Club, The Von Bondies, Elbow, Primal Scream, The Dandy Warhols, Super Furry Animals, Franz Ferdinand y Michael Nyman.Tráiler
Una película que se cuenta a través de flash back
Lo que llama la atención de 9 Songs es que la película está narrada por Matt a través de innumerables flash back. Las imágenes del interminable paisaje helado de la Antártida pasa, en efectivos cortes, a planos de conciertos multitudinarios. Para Matt, estar en la Antártida es como cuando están “dos personas en una cama: claustrofobia y agorafobia al mismo tiempo”.
¿Un musical porno?
Realmente, se puede afirmar que la historia entre Matt y Lisa carece de interés narrativo. 9 Songs es una película excepcional porque intenta ser una experiencia sensorial. Apela a los sentidos de los espectadores y no a su intelecto, a través de las canciones elegidas por el director, que se intercalan entre las escenas sexuales y lo sexualmente explícito, que no puede dejar indiferente. No es, en ningún momento, una película “tibia”, es decir, o gusta muchísimo o irrita profundamente. Quizá, por eso, el metraje es de tan solo 69 minutos.
Las escenas sexuales son bellísimas. Sin lugar a dudas, Winterbottom consiguió reflejar el feeling que nació entre los actores y, sobre todo, un buen entendimiento con los protagonistas.Una anécdota curiosa sobre la actriz Margo Stilley
La actriz Margo Stilley le pidió a Winterbottom que se refiriera a ella solo por el nombre de su personaje (Lisa), durante las entrevistas de promoción de la película, para preservar así la integridad artística del film, en lugar de que fuera utilizada como noticia personal sobre la actriz. Y, de paso, mantener la verosimilitud más allá del rodaje.
Os animo a ver 9 Songs si todavía no la conocéis. Os gustará… o no. Pero no cabe duda de que seguirá siendo el perfecto ejemplo de un experimento en busca de nuevas posibilidades cinematográficas. Y eso, en sí, ya es un mérito.Descubre la mejor narrativa, con y sin canciones:
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