Hoy, nos atamos a la estética japonesa y a la sensualidad de las metáforas bondage. Descubre la liberación de las ataduras con Brenda B. Lennox en los relatos eróticos «Aka-tombo» y «Efímero».
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Relatos ero: Bondage
Aka-tombo – Relato erótico corto (1)
«¿Por qué no vuelas como antes libélula roja?
Estás posada en una hierba de bambú
bajo el cielo rojizo
del atardecer».
Rofū Miki
Desperté. Él me observaba sentado en el borde de la cama. Me desperecé y sonreí.
—Buenos días.
—Buenos días. Tengo algo para ti.
Alzó un fular. Sus dedos se transparentaban a través del tejido como si los envolviera un cielo teñido por el crepúsculo.
—Lo elaboraron en Kawamata.
—El color es precioso.
—Me alegro de que te guste. Mira. Tiene dos pequeñas hojas pintadas a mano. Son de arce, el árbol de esta ciudad. Cuando llega el otoño, las montañas se tiñen de escarlata.
— ¿Es el pañuelo típico?
—No. Lo encargué.
—…
—Para los japoneses, la hoja de arce es el símbolo de los amantes y el rojo es el color de la emoción, la energía, el calor, el fuego… y del amor, del deseo, de la fuerza de la vida que fluye entre los que se aman. Este pañuelo simboliza lo que eres, Brenda, y también lo que siento por ti.
—No sé qué decir.
—No digas nada.
Cubrió mi rostro con él. Era ligero como la brisa.
—Está tejido con la seda más fina del mundo. En Occidente la denominan «Alas de hada», pero en realidad imita las de una libélula.
Apartó la sábana y lo deslizó por mi cuerpo desnudo. Sentí las yemas de sus dedos a través de la seda, su calidez, la suavidad de ambas caricias. Mi piel se erizó.
—¿Sabes?—su voz me llegó desde lejos, como un arrullo—. Para los japoneses, la libélula es augurio de buena suerte. Simboliza la felicidad, la fuerza, el coraje.
Trazó espirales en mi vientre, mi cadera, mis pechos. Cuando apretó mis pezones, gemí.
—Por eso muchos samuráis la consideraban su emblema. Como yo a ti.
El pañuelo ascendió por mis hombros, acarició mis brazos y se detuvo en mis muñecas.
—La seda más fina del mundo, sí… Y también la más elástica—, susurró, mientras me ataba.
Y fui hoja de arce. Llama. Libélula.
N.A: Aka- tombo. Libélula roja. También es el título de una canción japonesa para niños compuesta en 1927 por Kosaku Yamada, con letra de un poema escrito en 1921 por Rofū Miki.
Efímero – Relato erótico corto (2)
Duerme. Parece un niño. Es tan joven… Sostengo el fular que me regaló. Rojo como el amor, el deseo, la fuerza de la vida que fluye entre los que se aman, dijo. Sí. Es verdad. Pero también como la fugacidad; la carne frente al espíritu. ¿Cuánto le queda a la mía antes de marchitarse?
Para los japoneses, la libélula es augurio de buena suerte. Simboliza la felicidad, la fuerza, el coraje. Por eso muchos samuráis la consideraban su emblema. Samuráis. Cuántas batallas a mi espalda… Las cicatrices sirven de advertencia, ¿no es cierto? ¿Merece la pena librar otra? ¿No sería más cauto, más inteligente, más honorable, asumir que soy una libélula roja? Otoño… ¿Ha llegado a mi vientre o soy todavía verano?
–Mi libélula –susurró después del placer.
Libélula… Años como larva en el fondo de un pantano hasta que emerge desplegando sus alas. ¿Cuánto tiempo le queda? Apenas meses. Luego, la muerte. ¿Y antes de esta? ¿Reconoce cuándo ha llegado el momento de posarse en una hierba de bambú bajo el cielo rojizo del atardecer?
Extiendo las alas sobre su espalda y le acaricio a través de la tela. ¿Sueña que planea sobre la Tierra conmigo o me observa desde las nubes dudando entre partir y permanecer a mi lado?
Cruza la tenue frontera del mundo de los sueños. Se gira y me mira en silencio. Beso sus labios mientras cubro su pecho. Seda tejida con hilo seis veces más fino que el de un cabello humano. Dudo que algo sea tan fino como el vello que percibo a través de la tela.
Sobrevuelo el camino hasta el borde de su pubis y desciendo sobre su miembro. Lo envuelvo y acaricio. Crece, palpita, arde, tiembla, exuda. Gotas perladas de rocío humedecen las alas.
Tejer representa la creación, la vida. Quizá sea eso. Creamos nuevas alas con esta caricia, con este gemido, con este orgasmo. Y volamos.
Tejido… urdimbre y trama, masculino y femenino, yang y yin. Los hilos de la urdimbre y de la trama de esta seda son de diferente color para conferirle el matiz tornasolado de las alas de una efímera. Una efímera… ¿Cuánto llegará su otoño? ¿Importa? ¡Quién sabe!