Relaciones de pareja hay muchas y muy diversas, pero no todas tienen éxito ni son relaciones sanas. Sin duda, existen algunos puntos claves que pueden predecir un mejor futuro de la relación y un mayor bienestar dentro de la pareja.
¿Cuáles son los 5 ingredientes de las parejas que saben amarse?
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Sexo
Si hay algo que diferencia una amistad de una relación de pareja es el sexo. Aunque algunas parejas con el tiempo dejen de lado las relaciones sexuales, esto no suele ser positivo para la relación.
El sexo dentro de la pareja debe entenderse como una posibilidad de disfrute y crecimiento mutuo. Aprender sobre nuestro propio erotismo juntos, conocer cada rincón del otro y saber proporcionarle placer son fundamentos del bienestar sexual.
Compartir intimidad, crear, descubrir… son verbos que nutren la sexualidad de la pareja y, por ende, fortalecen el vínculo.
Evitar que el sexo sea aburrido, innovar con juguetes eróticos y juegos sexuales que nos aporten diversión en la cama son sin duda el aliño fundamental que acompaña a este importante ingrediente.
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Comunicación
La comunicación implica principalmente un emisor, un receptor y un mensaje. Aunque también es importante el contexto o situación que rodea a dicho proceso.
En las parejas a menudo encontramos un montón de ruido, que sería todo aquello que hace que el mensaje no fluya adecuadamente. Una mala comunicación está plagada de malentendidos, suposiciones, alusiones al pasado, interpretaciones subjetivas, etc. De esta manera, los interlocutores no se escuchan y mucho menos se entienden.
Este ingrediente es transversal en la pareja, pues la buena comunicación hace falta, por ejemplo, también en el sexo y para ponernos de acuerdo en infinidad de cosas del día a día.
Una comunicación adecuada implica una escucha activa, ponerse en el lugar del otro, empatizar y entenderse. El contenido del mensaje que queremos transmitir, la forma de transmitirlo o el momento son importantes para una comunicación eficaz.
Cuando este ingrediente falla desde el principio es probable que la relación no vaya muy lejos.
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Respeto
Otro de los ingredientes o puntos clave que fortalecen a una pareja es la admiración mutua y no perderse nunca el respeto. Los insultos, reproches constantes, desvalorizaciones, etc. son los mayores enemigos del amor.
En cambio, aquellas relaciones en las que hay admiración y respeto mutuo, así como se hacen elogios y se reconocen y valoran los logros del otro, suelen ser más productivas y duraderas.
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Corresponsabilidad
Nadie dijo que convivir fuera sencillo y cuando una pareja decide dar ese paso es necesario ponerse de acuerdo sobre muchos aspectos, entre ellos, las tareas del hogar. La corresponsabilidad no es otra cosa que la responsabilidad compartida de la distribución del trabajo doméstico.
Si hay hijos, además se acrecienta la corresponsabilidad en la crianza de estos.
No se trata de dividirlo todo al 50%, sino de encontrar un equilibrio que nos permita no sobrecargar a ninguno de los miembros de la pareja. La colaboración en este sentido debe verse no solo como una obligación, sino también como un acto de amor hacia el otro.
Aquellas parejas que saben administrarse y dividir de manera corresponsable dichas labores tienen mayor funcionalidad y obtienen mayor satisfacción de la relación.
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Tiempo
Dicen que el tiempo es oro y en las relaciones de pareja, en efecto, de oro tienen que ser los momentos que pasamos juntos. Porque no son más felices aquellas parejas que están más tiempo juntas, sino aquellas que saben aprovechar cada minuto.
El tiempo también es un elemento transversal, pues es necesario para el sexo y para la comunicación.
Compartir nuestro tiempo es un regalo que le hacemos a las personas que amamos. Cuando se trata de nuestra pareja, este tiempo juntos debe ser de calidad. No es necesario hacer grandes planes, pero al menos no pasarlo discutiendo o de mal humor, sino hacer algo juntos que aporte bienestar y satisfacción.
¿Qué dicen los estudios sobre las parejas felices?
En definitiva, lo que apuntan las investigaciones sobre las parejas felices es que estas trabajan en equipo, conversan a menudo, se dicen piropos, buscan tiempo para la intimidad, comparten experiencias juntos… y, por encima de todo, sacan siempre lo mejor de la otra persona.
