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La intensidad de la carga erótica: Juan Francisco Casas

Si aún no sabes quién es Juan Francisco Casas, significa que te estás perdiendo uno de los autores más interesantes del hiperrealismo español de nuestro tiempo. Este artista jienense ha recorrido el mundo con bolígrafos, o mejor dicho, sus cuadros –de más de dos metros de altura– ejecutados con bolígrafos BIC se exhiben por todo el planeta de forma itinerante, o permanente, en distintos museos y colecciones privadas.

Hace ya unos años, su obra Stranger than fiction se expuso en la Jonathan Levine Gallery de Nueva York. Esa es probablemente la esencia de Juan Francisco: una sustancia más extraña que la ficción.

Sexo

¿Por qué hemos elegido hacer este mini-reportaje? Sencillamente, hemos visto el azul nocturno –a veces taciturno– de la noche de las copas que se funden en placeres de alcoba. Del sano voyeur que despierta en nosotros la desinhibición de los vicios, y las virtudes que transpiran sinceras poses y honestos autoerotismos.

Nos pusimos en contacto con él para que nos remitiera unas seis imágenes en torno al concepto que nos había provocado su trabajo: La intensidad de la carga erótica. Y estas son algunas que él mismo seleccionó:

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El erotismo tiene sus grises, tiene sus distintas intensidades. ¿Se puede ver más carga erótica que en El viaje a la luna de Méliès tatuado en un brazo de gozo onanista? Si por nosotros hubiese sido, la habríamos titulado así. Y es que el arte puede llevarnos a la Luna, como el placer solitario nos trae la belleza de una compañía que nos observa con ojos de deseo ardiente.

El Contrabajo parte I | Relato erótico